LA GRAN REDADA
El 30 de julio de 1749, en España se intentó el exterminio de la totalidad del pueblo gitano. Le llamaron “la solución definitiva”
Esa noche, más de 7.000 personas gitanas fueron apresadas, con orden de disparar a quien trate de fugarse. Las detenciones continuarían más de un mes, dando lugar a un total de detenciones que oscilan entre las 9.000 y las 12.000.
“Se dispondrá la prisión de los gitanos, siendo menester saber las villas en que están y en qué número, para proceder en un mismo día y una misma hora”. (lo que dice la orden, otro titular grande).
Convencido por Gaspar Vázquez Tablada, obispo de Oviedo y gobernador del Consejo de Castilla, el rey Fernando VI ha lanzado una Pragmática donde se ordena la captura de la totalidad de gitanos de España. El objetivo es lograr la extinción de la etnia mediante el encarcelamiento y separación de hombres y mujeres lo que -con el tiempo- llevaría a su desaparición como grupo humano. Se daría así una «solución definitiva al problema gitano».
“«con el máximo sigilo y prontitud», proceder al arresto de la totalidad de gitanos de la localidad, hombres, mujeres y niños”. (Mensaje de una carta que recibe un oficial, resaltar)
El marqués de la Ensenada, secretario de Guerra, se ocupará de la logística militar, movilizando para la operación de arresto a más de 5.000 hombres. (TAMBIÉN HACERLO RESALTAR)
El carácter indiscriminado de la captura obligaba a preparar el destino de los detenidos y su agrupación según sexo y edad. Los varones de hasta 7 años quedarían con sus madres, hasta los 15 años se dedicarían al aprendizaje de «oficios útiles» (pajes, grumetes, aprendices de carpintería, etc.) y, a partir de 15 serían destinados a los arsenales para trabajos forzados.
Las mujeres, por su parte, serían trasladadas -junto con sus hijos pequeños- a depósitos especiales donde se las emplearía en oficios manuales, principalmente textiles. Las niñas adolescentes se destinarían al aprendizaje de «oficios virtuosos» y al servicio doméstico. En el caso de los matrimonios mixtos, se impondría el «fuero del marido», por lo que la mujer tendría el mismo trato que su esposo en función de si era o no gitano.
Las viviendas y pertenencias de las familias detenidas se subastarían y, con los ingresos obtenidos, se sufragarían los gastos de la operación. (también se puede destacar en grande)
La Gran Redada de 1749 fue un hecho traumático para quienes la padecieron. Una grieta que aún perdura.